martes, 29 de mayo de 2018
Review – Bloodstained: Curse of the Moon Defa
El regreso de Igarashi Los videojuegos, al igual que cualquier otra forma de expresión artística, suelen ser bastante ingratos con quienes se aventuran a crear algo nuevo, esto sin importar qué tan trascendente sea la obra en cuestión. En marzo de 1997 cuando todos consideraban que el 3D era el único futuro del medio, Koji Igarashi junto con un muy talentoso equipo al interior de Konami, nos regaló Castlevania: Symphony of the Night, probablemente uno de los títulos más influyentes de todos los tiempos que claro, junto con Super Metroid, definieron al género que ahora conocemos como Metroidvania. Después de que este verdadero genio del diseño continuara con excelentes propuestas en portátiles como el Game Boy Advance y DS, fue momento de que dejara al famoso publisher y desarrollador nipón, el cual, comenzó ha apostar por otro tipo de negocios al ver que desgraciadamente, ni sus series más famosas encontraban rumbo en la parte comercial. Ahora, ya como independiente, los nuevos proyectos del siempre legendario “Iga”, comienzan a dar sus primeros frutos. Al ver que aún existía un nicho de mercado que aprecia enormemente los Castlevania 2D y gracias al boom de cosas como Kickstarter, Igarashi decidió poner manos a la obra para tomar todos los grandes elementos de la franquicia de Konami, para traerlos de vuelta bajo un nuevo nombre y contexto por obvias razones. Bloodstained es el nombre de esta nueva IP que claro, nos tiene muy emocionados a todos los que admiramos el trabajo de este desarrollador, y gracias a lo que es Bloodstained: Curse of the Moon, sabemos que el proyecto va por muy bien camino y que seguramente, veremos consolidado con Ritual of the Night más tarde este año. La verdad es que esta especie de bonus que nació gracias al grandísimo éxito de la iniciativa en cuestión, nos ha dejado maravillados por la enorme cantidad de amor que en ella se imprimió y por supuesto, a la elegante manera en la que se hace homenaje a los Castlevania de antaño que vimos en cosas como el NES. Inicio de una nueva leyenda Las historias de los Castlevania siempre habían sido un tanto ambiguas en la mayoría de sus partes, pero concretas en otras. Lo que sabemos es que siempre han levantado una gran cantidad de pasiones entre los fanáticos, los cuales las han analizado de manera muy profunda e incluso, ligado entre sí en una intrincada timeline que no siempre hace mucho sentido. Fiel a ese estilo, el relato que se nos cuenta en Bloodstained: Curse of the Moon puede parecer un poco hueco y sin rumbo después de leer el prologo, pero conforme vas progresando a través de sus niveles, conociendo personajes y claro, descubriendo sus diferente finales, te puedes dar cuenta de que Igarashi tiene pensando un universo conciso que se podría expandir de distintas maneras. De entrada, te cuento que Bloodstained: Curse of the Moon funcionará como precuela a los hechos que se nos contarán más adelante en Bloodstained: Ritual of the Night, por lo que si quieres estar bien enterado de todo, es importante que juegues este título. Aquí comenzamos jugando como Zangetsu, un cazador de demonios que no ve más remedio que embarcarse en una peligrosa aventura en busca de acabar con una terrible criatura que se oculta en un castillo oscuro. A lo largo de nuestro camino por bosques, mazmorras, pirámides y demás escenarios, nos toparemos con otros personajes que podemos controlar y que claro, tienen un muy importante rol en todo este asunto. Como seguramente ya te estás imaginando, tenemos un relato sumamente clásico apegado a cosas que vimos en su momento en los propios juegos de Castlevania. El héroe que se tiene que arriesgar para acabar con un mal mayor que amenaza al mundo entero. Lo que me pareció interesante de la sencilla, pero elegante narrativa de Bloodstained: Curse of the Moon, es la forma en la que se va construyendo al momento de que encontramos al resto de los personajes jugables, mismos que por medio de sus diálogos, nos hacen entender que sus intenciones no se alinean del todo con lo que podríamos pensar. Más bien estamos frente a personas que están en cierta situación y que no tienen mayor opción que unirse a nuestra causa para salvarse o conseguir lo que están buscando con tanto ahínco. Cuando lo clásico funciona La definición de retro se ha venido desvirtuando de manera muy marcada en los últimos años. En realidad, este término es utilizado para referirnos a una nueva obra que busca lucir y sentirse como algo del pasado. Algo que salió en los ochenta, por ejemplo, no es retro, sólo es viejo o clásico. Entendido lo anterior, tenemos que Bloodstained: Curse of the Moon, al ser un homenaje tan bien logrado de juegos que vimos hace 30 años o más, entra en la definición perfecta de lo que podríamos llamar “Retro”. Más allá del tema estético, del cual te hablaré un poco más adelante, en cuanto uno le pone las manos encima a Bloodstained: Curse of the Moon, tienes una especie de regresión al pasado por cómo es que se sentían los controles de cosas como el primer Castlevania, su secuela y claro, el siempre amado Castlevania III: Dracula’s Curse. El nuevo juego de Igarashi en realidad no se detiene al momento de hacer referencia a los títulos antes mencionados, pues también toma algunos elementos de cosas como Super Castlevania IV, Bloodlines y hasta Symphony of the Night, por lo que estamos frente a un maravilloso producto que condensa gran parte del legado de la franquicia de Konami. La mecánica principal de Curse of the Moon es simple. Con un botón saltas, con uno atacas y con otro haces uso del ítem que tengas equipado. Al igual que pasaba con un montón de entregas de Castlevania, los ítems o poderes especiales son consumibles, por lo que necesitas estar recolectando unas vasijas que te dan puntos para poder echar mano de estas herramientas. De igual forma, tu salud sólo podrá ser regenerada tomando corazones -sí, por fin los corazones representan vida y no puntos para ítems-. Cuando arrancas con tu primer run en Bloodstained: Curse of the Moon, te puedes dar cuenta de que controlar a Zangetsu se siente muy similar a jugar Ninja Gaiden en NES, pues cuentas con una espada para atacar. De igual forma, es muy notorio que el salto no puede ser controlado en el aire una vez que lo ejecutas, esto causa que la dificultad se eleve de manera considerable. Sí, estamos frente a un juego verdaderamente retador, sobre todo cuando desbloqueas las dificultades más elevadas. Una vez que derrotas al primer jefe, te encuentras con Miriam, la cual, se une a tu aventura como personaje controlable. Esta joven tiene diferentes habilidades como el poder saltar mucho más alto que Zangetsu o barrerse, además de que su látigo, le permite hacer daño a mucha mayor distancia. Vale la pena mencionar que Miriam será la protagonista de Bloodstained: Ritual of the Night, por lo que su papel en esta historia parece que será de suma importancia para lo que venga posteriormente en esta serie. Conforme vas progresando y pasando más niveles con jefes, mismos que me encantaron por su creativo diseño visual y de mecánicas, te topas con otros dos personajes que no te detallaré para no arruinar la sorpresa, pero que te aseguro, cambian de manera aún más radical la forma en la que abordas cada una de las situaciones. Lo bueno es que puedes cambiar entre cada uno de ellos en cualquier momento con toque del botón L. Mi recomendación sería que tomaras a Miriam como principal y conforme vayas necesitando los poderes de los demás, vayas cambiando en el camino. Algo interesante es que los cuatro personajes no comparten barra de salud, aunque si mueres con alguno de ellos, se te regresa a cierto checkpoint, esto claro, con la penalización de ya no poder usar a ese personaje hasta que el resto de tu party muera, ahí es cuando se te quita una vida. El tema de los puntos de ítems sí es compartido. Como platformer, así como hack & slash 2D con tintes de run and gun, creo que Bloodstained: Curse of the Moon se comporta de una manera realmente maravillosa. El diseño de sus enemigos, desde los que mueren de un sólo golpe, hasta los jefes que requieren de una buena cantidad de trabajo para dominarlos, es algo de destacar en todo sentido por lo variado que es. Me queda muy claro que Inti Creates conoce sumamente bien su negocio y a pesar de que en efecto, ésta no es la primera vez que demuestran su gran talento para hacer juegos del estilo, no puedo evitar sentirme maravillado ante la gran interpretación que hicieron de cómo es que funcionaban los Castlevania de antaño. Elegante y a la vez complejo diseño de niveles Al igual que el con el tema de sus mecánicas, Bloodstained: Curse of the Moon decidió irse por el camino clásico al momento de construir su estructura, así como cada uno de los niveles que recorremos. Antes que nada, es importante mencionar que estamos frente a un juego pequeño que probablemente y claro, dependiendo de tu habilidad y experiencia, le darás su primera pasada en un par de horas. Lo interesante aquí es que es un juego diseñado para acabarse en más de una ocasión. Todos los niveles de Curse of the Moon cuentan con diferentes caminos y variantes que normalmente sólo puedes acceder utilizando cierta habilidad de cierto personaje. En la primera pasada, al no contar con todos, habrá zonas inaccesibles. Una vez que vas descubriendo rutas alternas o cuartos secretos, te puedes dar cuenta de la enorme complejidad que tiene el diseño de los espacios en los que nos vamos moviendo. Además de todo lo anterior, el final que obtengas una vez completado todo el viaje, dependerá de los caminos que hayas tomado a lo largo de la aventura. Lo mejor de este asunto es que cuando decides ir abajo en lugar de arriba, por ejemplo, sí te encuentras con cosas totalmente diferentes. A pesar de estamos hablando de un sidescroller en el que normalmente tenemos que ir de izquierda a derecha en la pantalla, hay momentos en los que también debemos ir a la inversa, además de que claro, los clásicos niveles verticales en los que el camino es ir hacia arriba, están presentes. Cada uno de los elementos que vemos en pantalla tienen una razón de ser, desde los huecos en el piso, hasta los enemigos y en general cualquier obstáculo, están puestos de manera muy cuidadosa para potenciar, resaltar y darle más sabor a las mecánicas base del juego. Sí, el diseño de niveles de Curse of the Moon además de ser sumamente elegante, cumple con su objetivo de una gran manera. Una preciosa presentación El famoso pixel art es lo de hoy. A diario vemos a cientos de desarrolladores independientes usando este estilo visual para darle vida a sus juegos, esto en un ejercicio de nostalgia o simplemente de tendencia que no siempre se ve bien representado. Por su misma sencillez, crear un look & feel de 8-bits es algo sumamente complicado que no todos pueden llevar a cabo de buena forma, sin embargo, al menos con lo que es Bloodstained: Curse of the Moon, me parece que Inti Creates le ha sacado del estadio en todo sentido. Con el único objetivo de ver si estaba o no en 3D estereoscopio, decidí irme por la versión de 3DS antes cualquier otra, yo con la esperanza de ver algo como el precioso Shovel Knight. Sí, al final el juego no cuenta con esta característica lamentablemente, sin embargo, verlo en resolución 1:1 en la pantalla de mi XL, fue simplemente sensacional, sobre todo gracias a que a diferencia de la versión de Switch, por ejemplo, y seguramente de la de PS4, acá sí se alcanzan a ver scan lines que al menos en mi opinión, son un enorme plus para este tipo de juegos. ? pic.twitter.com/TnTRdq6jzh — Alberto Desfassiaux (@AlbertoDefa) May 28, 2018 Definitivamente cuando uno ve corriendo Bloodstained: Curse of the Moon en cualquiera de sus versiones, es inevitable no sentirte de regreso en los ochenta, pero también es importante resaltar que Inti Creates usó algunos colores y efectos de los cuales no era capaz el NES, esto sin mencionar que su aspect ratio es 16:9, y que claro, sprites de algunos jefes de enorme tamaño, sólo son posibles en hardware mucho más capaz que el antes mencionado. De igual forma tenemos un apartado sonoro sensacional, tanto musical como en edición y mezcla de audio. Como te puedes dar cuenta, Bloodstained: Curse of the Moon es mucho más que nostalgia cuando hablamos de presentación visual. Inti Creates una vez más demuestra que cuando se trata de hacer pixel art que busque emular cierta época, pocos como ellos. Te repito, si estás buscando un juego que de verdad te llene el ojo y el oído como lo hacían las grandes producciones de los años ochenta, entonces ésta es una gran opción. También es muy importante resaltar lo logrado a nivel de dirección de arte. La paleta de colores vibrantes es genial, y no puedo dejar de seguirme sorprendiendo de cómo es que se puede crear un personaje de complejo diseño visual usando tan solo unos cuantos pixeles. Parece que todo camina correctamente Nacer de un Kickstarter no garantiza nada. Por más romántico que pueda sonar la idea de los propios fans financiando cierto juego soñado, en más de una ocasión hemos visto abusos y timos por parte de distintos autores. ¿Cómo olvidar el caso de Mighty No.9 en el que claro, Inti Creates se vio involucrado? Para fortuna de todos nosotros, Koji Igarashi parece que tiene todo bajo control, cumpliendo con la promesa de que si su campaña llegaba a cierto punto, un juego tipo 8-Bits sería lanzado. Bloodstained: Curse of the Moon está entre nosotros y nos demuestra que esta nueva IP está teniendo un prometedor inicio con grandes cosas por delante. Hacer un juego retro por definición es algo sumamente complicado. Entender cómo funcionaban los juegos desarrollados en los ochenta para hardware como el del NES, es algo de lectura nada simple, más aún si a todo esto le agregas algunos elementos de modernidad. Inti Creates logró crear una experiencia que es más que nostalgia, pues concreta lo que ya se venía viendo desde hace tiempo: ciertas fórmulas y estilo de diseño dentro de los videojuegos, jamás pasarán de moda. Simplemente no puedo esperar a que Ritual of Night sea lanzado. ¡Iga está de regreso!
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